Dentro de los métodos en los que el cuerpo cumple un rol ‘participativo’, en lugar de ser sometido a tratamientos invasivos, se destaca la Terapia Craneo-Sacral. Esta terapia (TCS), que consiste en aplicar una leve presión con las manos, pone en funcionamiento los procesos naturales de curación del cuerpo. Durante 30 años ha demostrado ser eficaz en una amplia gama de trastornos clínicos vinculados con el dolor y en diversos cuadros clínicos. Es un tratamiento de elección única, y puede combinarse con otras técnicas tradicionales o complementarias.
Esta metodología, ha demostrado aliviar, tanto en niños como en adultos, una amplia gama de trastornos como:
Con un leve contacto un terapeuta entrenado puede percibir las pulsaciones del sistema Craneo-Sacral trasmitido a todo el cuerpo a través del Sistema Fascial, constituido por Tejido conectivo. Adoptando este tipo de abordaje, el método resulta muy seguro y eficaz. Como cada órgano, cada musculo, cada vaso etc. esta envuelto por esta Fascia, una restricción en la misma puede alterar la estructura del cuerpo y afectar su función. El trabajo terapéutico consiste en ayudar al paciente a re-establecer el flujo normal de movimiento mediante la atenuación o desaparición de esas resistencias. El Sistema Craneo-Sacral tiene la función vital de mantener el medio en el que funciona el Sistema Nervioso Central. Lo conforman las membranas meníngeas y huesos a los que estas se insertan y el liquido cefalorraquídeo que rodea y espinal están dentro del Sistema Nervioso Central, es fácil comprobar que el SCS posee una marcada influencia sobre gran variedad de funciones corporales. Mediante este método, el terapeuta en lugar de actuar sobre el cuerpo para modificar esta situación, sigue las señales del mismo que le indican como proceder. Este sistema tiene la función vital de mantener el medio ambiente en el que funciona el sistema nervioso central.